martes, 10 de diciembre de 2013

Dead end: stop


-¿Por qué te pegas esos rapados de cabeza?...
-Mira tú que los huevos...
-¿Tú sabías que el 80% del calor corporal se escapa por la cabeza? Al menos podrías ponerte un gorrito o algo... Se te va a helar el culo en esta azotea.
-¿Seguimos con la clase de anatomía o quizá has venido a disparar?
-Vale, vale... Al menos explícame por qué todos te llaman "Rocket"... ¿No tienes nombre o en una vida anterior eras un perro?
-Es el mote que me pusieron en el ejército, nada más entrar en la unidad de francotiradores. No llevaba ni un mes allí, y ya había conseguido batir varias marcas del jefe de la unidad... Apuntaba y disparaba y en menos de dos segundos... Otro blanco; ya sabes, una bala, una baja...
-Seguro que le caías de puta madre a tu jefe...
-Algunos os pensáis que por el hecho de destacar en algo, los demás ya tenemos que caerle mal a alguien... Mira, Gus, yo ya llevaba disparándole a conejos, jabalíes y ciervos toda la vida, así que llevaba un poco de ventaja, ¿No te parece?
-Vaya... Todo un héroe: "Rocket"... ¡El hombre-misil!... Tan rápido y letal, ¿Eh?
En lo alto del edificio de administración de la estación de paso número 23, pese a no ser demasiado alto, corría un aire frío y siempre incómodo, como en la más alta de las cumbres. En aquellas circunstancias, un obstáculo más a tener en cuenta si se trataba de hacer puntería sobre un objetivo móvil... Más para un novato.
-Bueno... Vamos a ver qué has aprendido... -dijo el ex-soldado.
-¿Vosotros también le poníais nombre a vuestra arma o eso sólo pasa en las películas? -preguntó el joven mecánico reconvertido en recluta.
-Tú lo has dicho: sólo en las pelis... Dos cosas; mantén el rifle seco y no lo golpees. Poco más. Desde que se inventaron los sistemas de autocompensación y se usan materiales polímeros en vez de metales para los armazones, hasta los capullos como tú pueden acabar haciendo blanco en poco tiempo, con poca instrucción y, si me apuras, incluso apuntando en dirección contraria... -explicó resumidamente el instructor.
-A ver qué se ve desde aquí... -Gus Ramírez se acercó la mira a la cara -. Mmm... ¡Joder... Se ve de la ostia a través de esta mira!... ¡Coño! -el hispano dio un respingo y cayó sobre sus posaderas, asiendo fuertemente el rifle contra su pecho.
-Jajajajajaja... -"Rocket" se rio de forma estrepitosa, golpeando su pierna con una mano y flexionando el tronco -. Qué... Se ven más grandes con la lente de aumento, ¿Eh? ¡Parece que estén aquí mismo...!
-¡Su puta madre! ¡Me estaba mirando!
-¿Qué te crees? ¿Que te veía desde allí? Vamos, no me jodas... Antes de empezar, mira un par de cosas...
"Rocket" tomó una tuerca grande que había junto a su bota, echó un vistazo a las inmediaciones del edificio y apuntó a unos setenta metros, a un grupo de contenedores metálicos de residuos.
El pequeño proyectil voló por los aires e impactó un par de segundos más tarde contra la superficie de los objetivos con un sonoro "¡Clank!"...
Aquella criatura, vago recuerdo de lo que una vez fue un ser humano, avanzaba sin rumbo de un lado a otro de aquel cruce de cuatro calles, como si estuviera decidiendo a dónde ir, arrastrando los pies. Sus delgadísimos miembros huesudos aún conservaban casi toda la musculatura, no sin algún desgarro, aunque con una textura acartonada y de aspecto grisáceo... Sus ropas estaban medio destrozadas y sucias, y su mirada se perdía en la nada, tratando de buscarle explicación a Dios sabe qué...
Tan pronto como se produjo el impacto contra los contenedores, el no-muerto se giró, y decidió que debía tomar como rumbo el punto de origen del sonido del golpe de la tuerca contra la chapa.
-Lección uno, Gus: nada de ruidos; les encantan y les atraen. Los cabrones tienen el oído fino. Dame el rifle... -"Rocket" apuntó, retirando el seguro del arma con el dedo gordo, mientras desplazaba el índice dentro del alojamiento del gatillo y guiñaba el ojo izquierdo -. Ahora lo ves, ahora no lo ves...
La bala impactó contra la cabeza del no-muerto, que se desplomó como un fardo...
-¡Uno-cero! ¡Toma!
-Tampoco es como para hacer una fiesta, chaval. Piensa que antes era una persona... Anda, toma -le extendió el arma -. Ahora tú.


-¿Dónde?
-Mira... ¿Ves aquella señal de allí? La de "STOP"... En la rampa de servicio...
-Sí.
-Quiero que le des al centro de la "O".
-¿Estás de coña?
-Venga, joder, si el rifle hace prácticamente todo solo... Sólo tienes que tener en cuenta un par de cosas: la distancia y si hace aire. Cuando dispares, llena de aire tus pulmones sólo hasta la mitad de su capacidad, y aguanta ahí... Luego, no tires del disparador de golpe, si no progresivamente: es el disparo el que debe prácticamente sorprenderte a ti.
-Comprendo...
-Existen otras cuestiones a tener en cuenta, como el efecto Coriolis, pero en teoría sólo deberías tenerlo en cuenta a partir de disparos a cinco kilómetros de distancia, y no es el caso. Eso sí, la fuerza de la gravedad tira de la bala para abajo, así que compensa apuntando un poco más alto si estás a mucha distancia, y lateralmente para compensar la fuerza del viento... En principio no deberías tener problema, porque al apuntar por este visor, toda esa información ya aparece en el HUD de su interior...
Gus borró su sonrisa de la cara, y súbitamente comenzó a sentir algo parecido a la admiración por aquel soldado de élite al que sólo conocía como "Rocket". Sabía que probablemente algo de lo que acababa de escuchar podría salvarle la vida algún día, o salvársela a alguien más.
-Las indicaciones que te he dado son como para disparar con un arma convencional, pero el M330 es como un puto electrodoméstico para la guerra, chico... Lo pones en automático y ¡A bailar! Dale... -"Rocket" señaló a la diana y Gus abrió fuego a los diez segundos, y tras seguir escrupulosamente todos los pasos... "¡Bang!".
-¡Coño, le he dado! ¡Le he dado!
-Bravo, hermano... Mañana le darás a la "O"; hoy ya le has dado al menos a la chapa...